La paciencia es una flor que no crece en el jardín de todo el mundo.
La paciencia es el mejor remedio para todas las tribulaciones.
A los que tienen paciencia, las pérdidas se les convierten en ganancias, los trabajos en merecimientos y las batallas en coronas.
El hombre que predica paciencia nunca ha conocido el dolor.
¡Cuán desgraciados son aquellos que no tienen paciencia! ¿Qué herida se ha curado en un instante?
Sé paciente con todo el mundo; pero sobre todo contigo mismo.
Aplasta en el disimulo las falsedades de los calumniadores, supera con la paciencia los agravios de los detractores.
Probablemente no tengo más paciencia que cualquier otro; la única diferencia está en que yo sé emplearla como es debido.