Para poder perdonar se necesita estar en condiciones de poder castigar.
El verdadero gran hombre perdona más mientras mayores medios de venganza tiene.
Es muy fácil perdonar a nuestros enemigos cuando no tenemos los medios de aniquilarlos.
Comprenderlo todo es perdonarlo todo.
Es preciso perdonar mucho pero no olvidar nada.
Perdona para que se te perdone, olvida para que se te olvide.
Se perdona fácilmente a quien no tiene fuerza para castigar.
Lo que no puedes, de fijo te será perdonado; pero lo que no quieres, jamás.
Todo se perdona menos a no tener corazón. El que no lo tenga que se lo invente.