Cuando un periódico expone hechos, no habrá nunca imparcialidad.
El periódico, en el mejor caso, es un cristal de aumento; con frecuencia es solamente una sombra chinesca en la pared.
Los dueños de periódicos se encuentran a sí mismos porque no son periodistas, sino negociantes, aunque se les demuestre que pueden ganar más dinero diciendo la verdad que incurriendo en la mentira.
El periódico es el vehículo del contagio en una multitud esparcida.
Un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya.
No puedo comprender que una mano pura pueda tocar un periódico sin estremecerse de disgusto.
Los periódicos siempre excitan a la curiosidad; pero nadie los deja sin un sentimiento de desilusión.
Los periódicos son los rieles de la materia.
Un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya.