Todo lo favorable, obrarlo por sí, todo lo odioso, por terceros.
Todos los dogmas, los políticos sobre todo, se imponen generalmente por las esperanzas que hacen nacer y no por los razonamientos que invocan.
El verdadero gobierno es aquél a quien no ofende el aumento de luz y a quien no atemoriza el engrandecimiento del pueblo.
La más estricta justicia, no creo que sea siempre la mejor política.
Son necesarias muchas generaciones humanas para poder pasar de una forma de gobierno a otra. Antes de construir una ciudad, hay que formar ciudadanos.
Para gobernar locos es menester gran seso y para necios, gran saber.
En todos los partidos hay elementos que pueden servir: quien rechace imprudentemente esos elementos, perpetuará a los partidos; quien los aproveche con cordura, acabará por disolver los partidos, confundiéndolos en un sistema nacional.
Hágase de una vez todas las ofensas, que no hieren demasiado si no tornan en repetirse.
Las grandes masas de gente caen más fácilmente víctimas de las grandes mentiras que de las pequeñas.