Querer es tener el valor de exponerse a un inconveniente; exponerse así es tentar al acaso y es jugar.
Que quien no sabe querer sea mármol, no mujer. A la que me quiere, quiero, y a la que me olvida, olvido.
Nada se quiere sin haber antes conocido; hay que corregir diciendo: nada se conoce sin antes haberlo querido.
Jamás la mujer quiere a los hombres que se hacen sus maestros, pues maltratan demasiado sus pequeñas vanidades.
Un hombre puede hacer lo que quiere hacer, pero no puede determinar lo que quiere o no quiere.