Jamás hay que discutir con un superior, pues se corre el riesgo de tener razón.
El pensamiento es el corcel; la razón, el jinete.
La fuerza bruta aun puede tolerarse, pero la razón bruta de ningún modo.
La tierra es la cuna de la razón, pero no se puede vivir siempre en la cuna.
La mayor parte de nuestro supuesto razonar consiste en encontrar argumentos para seguir creyendo lo que ya creímos.
La razón se compone de verdades que hay que decir y de verdades que hay que callar.
Por lo común, nos persuaden mejor las razones que uno ha encontrado por sí mismo que las encontradas por los demás.
La razón mira siempre por rendijas.
No hay nada repartido de modo más equitativo en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.