Mal puede indignarse contra las doctrinas ajenas quien no tiene ninguna y, por tanto, en ninguna encuentra oposición.
Estoy convencido de que el ateo no existe, que el ateo es una invención de los curas.
Las religiones desaparecerán con la felicidad de los hombres.
La desgracia y la soledad excitan a la religión.
En todo pueblo en que se confunden los deberes sociales con los religiosos es casi imposible establecer las bases de la moral pública.
La religión está en el corazón, no en las rodillas.
La divinidad está en ti, no en conceptos o libros.
Escudándose en el derecho divino, el hombre ha considerado a su hermano como un efecto mercantil.
El cristianismo niega el dolor y el egoísmo, porque disfruta de una nueva experiencia, de una nueva intuición, de una vida nueva: la caridad, energía potente.