El trabajo aleja de nosotros tres grandes males: el tedio, el vicio y la miseria.
Que el trabajo no es culpa de un edén ya perdido, sino el único medio de llegarlo a gozar.
El trabajo endulza en todo momento la existencia; pero no a todos les gusta lo dulce.
Bendito sea el que ha encontrado su trabajo. Que no pida otra felicidad.
Sin el trabajo, la vida humana semeja a un buque sin lastre. El trabajo es el padre del placer.
Antes de morir debemos estar preparados. No me canso de trabajar. No me sacio de gozar.
No hay trabajo tan amargo que, si quieres, no saques de él un fin dulce.
La felicidad de la vida es el trabajo libremente aceptado como un deber.
¡Amos! Haced lo que es justo y derecho con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis amo en los cielos.